Olfato del perro (parte 1)


Los seres humanos, con nuestra nariz no podremos  alcanzar jamás la calidad del sentido del olfato canino. Esto se debe fundamentalmente a que la nariz humana no tiene una función olfativa sino que se trata de un calentador de aire. Si observamos el corte transversal de la misma encontraremos que la mayor parte de la corriente de aire circula muy alejada de la pequeña superficie olfatoria que se encuentra en la parte superior. Esta pequeña superficie tiene sólo 5 cm cuadrados, mientras que la misma superficie en la nariz de un perro es de 150 cm cuadrados.

Sin embargo dentro de ellos la concentración de células nerviosas olfatorias son mucho mayor que en el humano. Mientras que un ser humano posee 5 millones, las distintas razas de perros van desde los  125 millones a los 220 millones de células.


La capacidad del sentido del olfato canino se calcula en un millón de veces superior a la humana. Es evidente que la respuesta a dicha capacidad no se encuentra solamente en la mayor superficie olfativa ni en la mayor concentración de células sensoriales si no en el sistema que emplea el sentido del olfato canino para separar y tabular los distintos aromas.

Por ejemplo: El ácido butírico es la sustancia olorosa que pierden tanto animales como seres humanos. Un gramo de este ácido contiene 7mil millones x por 1 billón de moléculas, es decir una cifra imposible de representarla en nuestra mente. Si dichas moléculas se esparcen  por un edificio de unos diez pisos, el ser humano igualmente sería capaz de percibir su aroma, recordemos que estamos hablando de 1 g de dicho ácido. En cambio se distribuimos uniformemente esa cantidad de moléculas por todo el espacio aéreo de la ciudad de Hamburgo hasta una altura de 100 metros, un perro igualmente seguiría siendo capaz de detectar su presencia. ¿Cuántos volúmenes de edificios de 10 pisos entran en el volumen de la ciudad de Hamburgo hasta una altura de 100 metros?, esa es la proporción entre al capacidad olfatoria del perro y la del humano.




Los perros reconocen los olores de manera inequívoca, como si se tratara de una fotografía. Y cuando decimos esto tenemos que pensar entonces en que para poder comprender lo que significa reconocer individualmente diversos aromas mezclados, debemos compararlo con lo que nosotros podemos hacer con el sentido de la vista.

Observemos los círculos de colores de la imagen. La mayor parte de las personas, pueden individualizar fácilmente el círculo gris.Imaginemos que este círculo gris se encuentra en movimiento perdido en medio de círculos de otros colores tambien en movimiento, sin embargo en medio de movimientos y de imágenes de mayor atracción, seguimos siendo capaces de individualizar al círculo gris que estamos buscando con nuestra vista. 


Cuando un perro localiza unos pocos gramos de un químico, como por ejemplo una droga, que había sido ocultada dentro de un paquete de café cuyo aroma es muy fuerte, está haciendo uso de un sistema similar al que nosotros empleamos con la vista para localizar al círculo gris, es decir que el perro es capaz de separar los aromas concentrándose únicamente en el que le interesa ubicar y dejando de lado su interés por los otros.

Continua en la parte 2

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