Isoniazid, la droga mataperros

Penoso metodo para controlar la población de perrosen Moscú:

Este medicamento usado contra la tuberculosis es el remedio al que recurren los moscovitas para no ser atacados por perros callejeros.Hay una escena que se repite todas las mañanas en Moscú para los encargados de recoger la basura en la capital rusa. Es la de un perro callejero que aparece muerto casi siempre por la misma razón: drogado con Isoniazid.

La Isoniazid es una sustancia que se utiliza para tratamientos contra la tuberculosis y que cuando es suministrada a los perros acaba con ellos en cuestión de horas. El motivo por el que se usa contra los caninos en Moscú no se debe a que haya muchos deambulando por las calles, ya que se calcula que hay entre 20.000 y 100.000, una cifra más que asumible para una ciudad con 11 millones de habitantes.

La razón de estas muertes hay que encontrarla -según explican los matadores de perros- en que los animales atacan con frecuencia a las personas. La agencia Ria Novosti para el Servicio Federal de Protección al Consumidor cifra en unas 16.600 personas las que fueron atacadas por perros callejeros en 2008.

Estas amenazas son muy fáciles de contrarrestar para todo aquél que tenga la modesta cantidad de 11 ó 12 rublos (0,33 dólares), el precio que vale la Isoniazid, el remedio preferido de todos los que prefieren andar seguros por las calles moscovitas antes incluso que ver a los perros en uno de los doce refugios que hay en la ciudad. Algo a lo que también se oponen los defensores de los animales, que consideran que en realidad estos centros son campos de concentración. “En algunos sólo comen una vez a la semana, aunque algunos de estos albergues pueden producir grandes ganancias”, señala el periodista Alexey Eremenko. Además, los perros no son esterilizados, para que una vez sueltos vuelven a procrear.

A pesar de que Moscú abandonó el proyecto de esterilizar a los perros abandonados y dejarlos en libertad, el Parlamento ha propuesto ampliar la práctica a todo el territorio nacional. La legislación vigente considera delictivo el maltrato de los animales por sadismo o delante de los menores, situaciones difíciles de probar. La condena máxima para este tipo de delito es de dos años de prisión.